
Ya no me involucres en tus penas, el arrepentimiento suele devorar completas las agallas de los días; pareciera que me estoy quedando sin aquel aliento de las épocas mozas, el que hacía reír hasta a los payasos más desmaquillados caminando tristes por el muelle.
Eras la incertidumbre en los cristales, el latido de un corazón relleno de ceniza coagulándose en la atmósfera de un mundo que ya se cansó de respirar. Te propongo hacerle el amor a esos cristales, volvernos presas en la hipertensión de sus arenas, parecernos en el ámbar a la prehistoria de alados indefensos. Una vez escuché de los perversos que las mentiras también maduran.
Se dio cuenta la distancia que se andan trombosando tus palabras, sal corriendo, aún es tiempo, no han huido todas las ventanas. Permanecen algunas esperanzas, pero ya no podemos seguir desnudos en la espera de tu veneno.
Y con todo respeto te lo pido… vete a chingar a toda tu madre.
Jajaja si, hay que alejar a todo lo que nos envuelve en pesados, densos momentos que parecen una eternidad que no acaba con la muerte.
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