26 de julio de 2016

NUOLI



En un país donde está prohibido taparse un ojo con la mano adversa, dos niños hacen fábulas de cristal sobre animales y ciruelas en el cobijo de un árbol incierto.
Siempre han sabido que está prohibido taparse un ojo con la mano adversa. La ley dice izquierda a izquierdo y derecha a derecho. Jamás hayasen de centrifugar los enigmas. Jamás hayasen de tapar el ojo derecho con la mano izquierda ni el ojo izquierdo con la mano derecha.

Yo no regalo tiempo, regalo experiencias - dice uno. 
Puntos de almibar que se acumulan y congelan - dice otro. 
Izquierda a izquierdo y derecha a derecho. La perfecta simetría de los miedos que les priva la libertad de la ignominia.

¿Cómo es que podemos reconocer rostros e identificar el ruido de la anguista? – pregunta uno.
Es la violencia que se lanza a mordidas queriendo arrancarle el aire al pecho – responde otro.

Ya ni los vocablos se amontonan, los segundos que se vuelcan ni aquel humano con potencial de la esquina.

Unas bestias están bailando frente a las filas y te das cuenta que todo es parte de la misma mentira, esa música vacía, las cuerdas que desesperan por salir vibrando con locura al romperte el cráneo y fusionarse con la desventura negra de la habitación de piedra.

Luego ya nada tiene sentido, el blanco se vuelve presa de la imprecisión en tu cabeza y tapas tu ojo izquierdo con tu mano derecha y alguien frente a ti tapa su ojo derecho con su mano izquierda. Y ya no tienes miedo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario