9 de enero de 2016

Poema Meloso No. 7


Mojarte la frente podría bastarme, pero se arrebata en celo una bestia transparente y húmeda, como una constelación de hormigas dibujando el cielo en tus pestañas, desfragmentando el oxígeno hasta una teoría que aceptamos en el intestino. 

Siento tu corazón latir por debajo de mi ropa. Saboreo el enigma del lazo que te une a los mundos que inventamos. Palpo el ardor de tu marea cayéndonos encima, recordamos el aroma de la escala de grises que nos llevaba al cielo, nos daba vueltas y nos dejaba olvidados en la mugre de las sábanas, de colores repartidos y de calores sublimados.

Volvemos a sentir todo al mismo tiempo mientras lloro tus lágrimas, río tu risa y nadamos en el río frío de la brisa que aprendió a recoger el rostro de las almas hechas trizas.

Y no me basta.


Tal vez secarte la frente podría bastarme, pero ser la razón de la humedad que la besa y empolva es mejor que aprender a definir cualquier galaxia.

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