
Vamos a decirle al miedo que se arranque el pelo cuando muera la noche.
Vamos a descifrar la pálida andanza por la alcoba de los duendes catatónicos.
Vamos a mirar al cielo y cegarnos con la espera de la sangre terminar su luz labiosa.
Vamos a escribirle al tiempo y aplastar las uvas doce veces antes de que nazca el paganismo nórdico.
Vamos a vestir los campos de asteroides y arrancarnos del paraíso, vamos a caminar al borde del precipicio con una venda de rabia, vamos a dejar el mundo en que corremos para decirnos campanadas en lo más profundo de las ballenas.
Vamos a enredarnos los dedos con estambre y a exprimirnos la linfa de los ganglios, para palpitarles la inmunidad exaltable en las entrañas, luego extrañar los años cuando dejen de existir las angustias corrientes.
Vamos a despojarnos bruscamente de la ropa mientras vayamos corriendo hacia las olas; agraviémonos la cordura y el respeto.
Vamos a perdernos en un abismo de placeres i n f i n i t o s.
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