25 de junio de 2010

VOID

Ayer ya no supe como sentir la noche
ni como saborear el frío de las mañanas
ni como disfrazar al viento con atardeceres.
Intenté ser real, pero lo impidieron mis desgarros
y lo impidió también el ciclón de sus pestañas
y el yugo de su prisión de planetas, que le vuelve todo,
y le transgrede en la ignominia de los horizontes,
reblandecidos
perpetuamente azules
por accidente rejuvenecidos.
Ya no quiero ser absurdo ni hablar en grumos
ni sufrir los atropellos de la oscura nulidad.
Quiero arrancarle las piedras al suelo y espiralizarte los rayos del iris.
Respírame cuando cierres los ojos…
Saboréame cada vez que llores…
Papel, tiempo y azúcar.
Me di cuenta que ayer dejó de existir la noche.
No era que estuviera falto de moral.

1 comentario: