Versaré los versos nuevos,
tejeré el olvido aquel,
el mañana ingrávido,
la casta inmesurable, pálida, fortuita,
los versos tersos, los dispersos, los convexos,
las gargantas secas de las lenguas corrompidas.
Versaré las amarras de los besos tuertos, de los esqueletos,
los estupefactos versos adictos a la usura de las tientas magras.
Cálido fogón del tiempo usado,
desnuevo, improbable al tiempo nuestro,
versos nuestros y callados,
desfigurados,
no inventados,
conglomero las aguas turbias de la turba,
de la turba,
de la turba,
se masturbada, se atosigada, se relame.
Bebo el agua turbia,
tuya,
suya,
nuestra.
Busco algo que decir, cualquier cosa ensimismada de contagio.
Me contagio,
me incorporo y me desangro.
Me rehago.
Y me atornillo con el falo, dando vueltas, en la alfalfa.
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