27 de enero de 2010

Poema Infinito

Desnudo el pecho y lo cimiento en la condena del morbo. Se vuelve estrepitoso el altisonante gris de sus contornos pardos; pasión ensimismada, tacto fugaz en la sutileza arrebatada por los infinitos muertos.

Y me baño con tus manos, prostitutas, y me baño con tus manos prostitutas, y me baño con tus manos, prostituta.

Bienvenida sea la discordancia.

Acabo siendo eternamente BREVE.

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