17 de noviembre de 2009

STONEHENGE

Frío, expectativas, borregos que pastan,

ilusión, invierno, sueño…

Y el sol aparece en el horizonte, su esplendor se vuelve un mitigante escenario cósmico-hedónico-metafísico a la vista de los globos paralelos.

Y el sol pinta el horizonte, con la travesía de la esperanza muda de alcanzar un punto intermedio entre los espacios circunscritos.

Y el sol amanece al horizonte, y la noche nula se nubla de luz y la luz desviste el cosmos de la oscura tentación sonámbula.

Y el sol mengua la franja del horizonte, y lo clava profundo en el pecho cual daga desesperada por el genocidio mental.

Y el sol desciende en el horizonte, desgarrando el torso desnudo de los gigantes nórdicos; míticas ironías de la irracionalidad que se alza lento.

Y el sol se esconde tras el horizonte, y le viste al cosmos su intimidad oscura y turbia, poco a poco el día comienza a llorar matices tornasol.

Y el sol ilumina desde el horizonte, dando cabida al día más largo del año, más largo de la vida de muchos bendecidos con lo abstemio de la andanza oscilante.

Y miramos al horizonte y gritamos al unísono el nacimiento de los dioses paganos.

Y todos se vuelven humo.

Y todos se vuelven música.

Y el ansia matutina se vuelve magia, y exploto sin cesar.

Y sigo explotando.

Y exploto sin cesar.

Y todos siguen siendo humo en cuerdas suspendidas y máquinas de viento helado.

Psicodelia vendida al natural, desnudos corrompidos por el frío de la mañana que acosa vergeles.

Y exploto sin cesar.

Y yo, me vuelvo brisa y vuelo verde sobre la marea atlántica hasta el golfo perpetuado.

Para regresar. Y no despertar hasta después del momento holístico.

Frío, expectativas, borregos que pastan,

ilusión, invierno, sueño…

Y despierto del letargo, y sobre mi cama de piedra, tiemblo de frío.

Y ya no hay nadie.

Sólo el recuerdo de las piedras de Gales. Legales tentaciones de un sueño famélico satisfecho de sí mismo.

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3 comentarios:

  1. Y es que hay muertes que duran tan poco, que al volver uno cree que apenas ha llegado al cielo... Y es entonces cuando morir un poco se vuelve tan necesario, al menos de vez en cuando...

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  2. La muerte es el canto que resulta de una vida, dando lugar a una melodía de gran sabor, de aquella fruta jugosa, donde los labios al sentir tal dicha por una vida llena de logros y de... o al contrario donde la música llena de llanto, sufrimiento, donde la fruta ya marchita, podrida llena de parasitos, por los malos pensamientos, deseos y actos fueron tapando el camino, donde los labios desdichados que la tocan no logran entender la razón de tal dolor...

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  3. la muerte es crisalida rota, mariposa emergente de fibras de dolor, alegria, angustia, caridad, genosidio, benevolencia, odio, fraternidad, que dan estructura al frio y calido, ruin y humilde escenario de la vida.

    son de mucho agrado todo cuanto escriben

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