20 de febrero de 2010

Poema de azúcar 3.

Aquí no hay formas.
Aquí se quiebra el universo
encima del pecho anestesiado.
Aflojan las válvulas y sales a través de ellas
mezclándote con el aire que no respiro.
Éramos en el reloj,
la arena que ascendía a toda prisa con furia de revolver.
Éramos la primavera cansada de mudar sus hojas.
Tu tristeza caduco
y su hechura gris me cubrió de sombra los parpados perdidos.
Fuiste siempre el instante de azúcar,
el suspiro de hielo, la mariposa de papel.
Te formaban partículas de todos los mundos.
Éramos los ojos inicuos del dios callejero,
la tinta y el espejo quebrado.
Aquí no hay formas.
Aquí centrifugo tus besos muertos, tu caricia dormida.
Vamos a abrirnos las puertas ilícitas de la conciencia,
vamos a gemir con el humo de cristal.
Voy a pegar mi boca en el cáliz de tu oído,
voy a gritar muda y a decirte lo que no me digo.
Voy a entregarme ciega,
porque tú mismo no sabes cómo se ve la luz.
(Porque tú mismo no sabes cómo encender la luz).

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