10 de febrero de 2010

INTERMINABLE (Poema meloso No. 3)

Si, bueno... es verdad que me estoy enamorando de cada centímetro de tu existencia, de cada roce, de cada aliento que comparto en tus espacios.

Si, bueno... al parecer, soy un loco en potencia, inexistente ambigüedad en la dicha que tus besos presta.

Me valgo de tu recuerdo para hacer mi sonrisa perenne, tren de perlas añorando el colapso contra el tuyo. Colapso… hoy mi corazón lo ha visto y rejuvenecido. ¿Infatuación?, no más.

Y es porque me estoy enamorando; caigo en un abismo al mirar tus ojos como si despierto soñara... si, bueno, incluso el sólo pensarlos me hace caer a un plano interminable, del cual no quiero salir si no es contigo.

Mira que desde el tacto con tus manos, los días se han vuelto más largos, porque los minutos, las horas y los instantes parecen más densos que lo habitual. Ahora me alimento de ellos. Y mi corazón se vigoriza de súbito… ¿será tu pensar en mi? Así lo espero…

Si, bueno… ahora no cabe nada más en mi cabeza, plano alterno a la realidad, porque tu imagen ha invadido de magia mis sistemas. Y mis risas y mi gloria. ¿Se conmueve el infortunio? Imposible; el infortunio se clavó una daga en el pecho, ahora fluye en la condena olvidado. Y en su lugar se gestó la dicha.

Es porque llegaste con un libro en blanco entre tus brazos. Y yo traía un lápiz en el bolsillo. Van tres líneas y el proceso parece continuar… llegará el momento, añoranza de mi alma, sea una historia interminable.

Si, bueno… y es que ahora, tu recuerdo es la panacea a todo mal que me hubo aquejado.

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