Muéreme con tu rabia de amar,
hazme garras con la boca esta locura que despacio mata.
Ponle fin a mi delirio.
En la noche de la angustia, nacen los eternos
y van tejiéndose los muros en la enredadrea que nos guarda.
Vamos sinceros a llegar después que los caracoles,
porque nos fascina la manera en que los muros aman nuestras pieles nuevas.
Debemos intentar ser reales,
pintarle una línea al cuerpo que sacude a otro cuerpo,
que destroza otro cuerpo,
muchos cuerpos,
que los muere con la rabia de amar,
que encadena sus almas,
que las hace eternas con el sudor del trigo.
Te lo ruego,
muéreme con tu rabia de amar
que no puede el ansia dormir con el calor del intestino.
Te lo suplico,
sálvame con la muerte de tu rabia
que se me deshidrata la columna de esperar.
Mátame completo de una vez por todas.
He llegado a tu blog de casualidad, pero estoy ms que encantada, este tipo de poesia, escrita con sangre fresca, sin miramientos y tan extrema, me encanta.
ResponderBorrarMuchísimas gracias, siempre es un placer encantar por lo menos una de las almas.
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